MARIHUANA



MUERTE DE UNA DIPUTADA
(EN TRES ACTOS)
TOS

I

Volvemos a las andadas. Han asesinado a la presidenta de la Dipu leonesa, una mujer al parecer de armas tomar. Aunque la cosa se complica de hora en hora, parece ser que la homicida es una mujer cercana ideológicamente a la finada, con la que mantenía una relación difícil por presuntos asuntos de faldas y de hostilidad hacia su hija a quien primero le pintóun puestito y luego se lo despintó, que, oye, que para algo soy una presi con dos tuyamentiendes. Con eso y con las idas y venidas de la presidenta, ya tendríamos una novela tan de puta madre que sólo tendríamos que ponernos a aporrear el ordenador, pero es que tras el burdo y cobarde asesinato aparece un agente retirado que pasaba por allí tarariqueteví y que se puso a correr tras las presuntas homicidas, y una  municipala que tres días más tarde ole con ole y olé dice que el arma homicida ha aparecido en su coche y a ella que la registren. Joder, el thriller de sus vidas... lástima que esté escrito con sangre.

II

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La caverna está aprovechando este río revuelto de la muerte a tiros de la presidenta de la dipu leonesa para insinuar que, claro, que con tanta desafección política, tanto escrache, tanta manifa, tanto gay y proabortista suelto por la provincia y tanto sindiós por doquier, esto se veía venir, te lo juro por snoopi. ¿Pero venir qué? Jolín, que uno le coge el gusto a cabecear pelotas de goma y una andova que salía de compras del Corte Inglés acaba metiéndole cuatro tiros a la presidenta de una Diputación, que uno le toma gustirrinín a un escrache en Almería y acaba provocando que descarrile un tren en Santiago tres meses antes, que uno se viene arriba con el programa de Donwayoming y tres telediarios más tarde termina por provocar un seísmo en Tarragona o en las islas Célebes. A eso se le llama finiquitar a Aristóteles de un plumazo y sacar petróleo de la física cuántica. Oooole, oooole y ooooole y el que no diga ooooole que se le seque la marigüana.

y III

Cuando quien nos cuenta el cuento, dice que la liebre dispara contra la escopeta es que algo huele mal en Dinamarca. En medio del dolor, la estupefacción y todo esto de la muerte de la diputada leonesa empezamos a saber algunas cosas que no debiéramos dejar impunes. Que la repulsión por esta o cualquier otra muerte deleznable, no nos impida ver el bosque. Veamos. ¿Qué hacía la presi fichando en 12 curros 12, cuando seis millones de criaturas no tiene ninguno que llevarse a la ficha? ¿Qué hacía la presi de una dipu dando y quitando currelo público a una delfina como quien pone y quita un condón? ¿Quién era esta mujer muerta en acto de inquina: una cortijera rumbosa o una representante del pueblo rescatable, una digna heredera de Melchorgasparybaltasar o la hija crapulona de Doncorleone? No me contesten enseguida. Piénsenlo: voy un momento al baño. [...] Ahí, justo ahí es donde duele. Y justo ahí donde aparece el cartucho, es decir, el elemento explosivo. ¿Qué carajo está pasando aquí, para que algunas personas tengan trece curros para ellos solos y millones ni uno? ¿Qué falla cuando es este el normal comportamiento de cientos y cientos de capitostes a un lado y al otro del espectro? ¿Qué nos están colando? Llámenlo como quieran, pero los políticos de este país han llegado demasiado lejos en sus desmanes, y es hora de pararles los pies. De no hacerlo volveremos a la Edad Media, es decir al territorio de los nobles y los vasallos, del aquí mando yo y de lo que usted diga, señorito que tantos echan de menos. A las castas. Y es que no sólo son mendaces, sino irresponsables que es todo lo que no debiera ser nunca un representante político, de manera que cuando los pillan con el carrito de los helados entonan el a mí que me "arregistren", el yo ni me coscaba y, así, los dejamos comerse nuestro trigo, el trigo de todos y al final les damos nuestra papeletita que es como la firma de la pernada, como el voto de corso, como la llave del granero. ¿Entienden ahora lo que provoca la desafección a la política y en qué y en quiénes se sustenta? No, no es la peña la que se levanta con el rumrum de hacer un escrache. Hay personas que parecen hacer todo lo imposible para merecérselo y, por lo que se va sabiendo, esta menda de verdad que se lo curraba. Pero no nos equivoquemos, un escrache es eso, un escrache, no una licencia para matar como difunden algunos medios interesados. Nadie ha muerto por escrache que se sepa, y en cambio tenemos una muerte por mangoneo, ergo lo que mata no es el escrache sino el mangoneo. A la diputada no la ha matado un escrache, sino un par de almas despechadas y despachadas como mercancía laboral con las que ella mangoneaba. ¿Entienden ahora que la peña se vaya a la calle y le pongan la cara colorada a ciertos políticos que como a esta señora se la repampinflan los demás? ¿Entienden ahora que la primera violencia es la que esta gentuza inmunorresponsable ejerce sobre los demás? ¿Entienden que quien primero aprieta el gatillo contra la liebre ya no tiene ningún derecho moral a pedirle a la liebre que se deje de joder y se esté quietecita esperando el segundo viaje? La gente sale a la calle porque hay demasiado político como esta señora. De ma si a do. La gente se pone berrenda porque hay tipos y tipas como ésta que a todos escupen a la cara y que van por el mundo rodeados de palmeros que le ríen todas toditas las gracias para ver lo que les cae del erario. Yo lamento su muerte, pero me avergüenza su vida.




Un micro de Caza mayor.


EL REGLAMENTO
      
Usted sabe que ha infringido las normas y es por eso que nos hemos visto en la obligación de condenarlo. No creo que sea el momento de explicarle cómo funciona todo esto. Bastará que sepa, que no nos complace esta situación. Entienda que de no cumplir las normas, la convivencia podría derivar en caos. Usted nos ha dado su confianza. Nunca ha dejado de pagar sus cuotas y nosotros, en contrapartida, no podemos defraudarlo. Es más, es nuestro deber, devolverle lo aportado en eficacia y en orden, nuestras enseñas. Ha de ser duro, lo sé, verse ante su última noche, y aceptar que el próximo sol no saldrá para usted, pero imagine por un instante lo contrario. Hágase la cuenta de que pasásemos por alto esta infracción o de que procediéramos a indultarlo en un acceso de flaqueza. ¿Verdad que esa sola eventualidad le aterra? ¿Sería ese el legado que querría dejar para sus hijos? ¿Verdad que no? Imagine por un instante que el verdugo llegase hoy con dos copas de más o con retraso. Imagine que lo hiciese esperar en semejante trance o, peor aun, que necesitase tres hachazos para seccionarle, como es lo reglamentario, el cuello. Sería muy penoso para todos y atroz para usted. Pero usted y yo sabemos con certeza que tal cosa no sucederá. La inflexibilidad del reglamento, como ve, es nuestro descanso.

1 comentarios:

jose riveros leblic dijo...

Se ven muchos interesados en desviar la causa y motivo hacia otros derroteros